Quizá me hubiera gustado poder seguir en España. Sé que hay muchos intelectuales, gente de a pié, políticos, periodistas, etc. que entienden la situación de Catalunya y con los cuales se hubiera podido acceder a una forma de gobierno plural, que hubiera hecho de éste un gran país de progreso.
Sé que con éllos querría seguir estando en España. Pero la realidad es otra.
Se han dicho, se han hecho, se siguen diciendo y se siguen cometiendo actos realmente despreciables, que ningún padre haría con su hijo,…si ese es el símil que hacen de la madre patria España y su hija Catalunya.
Humillar, mentir para conquistar corazones rabiosos, deformar la realidad con la fuerza de la distancia y la mediocridad de las gentes ajenas a lo que se vive a lo lejos.
Nunca querremos volver después de lo sucedido. Podrán someternos algún tiempo más, pero nunca dejaremos de intentarlo. Siempre dormirán con miedo y finalmente lo conseguiremos.
Habían tenido en la mano la oportunidad, pero el rencor y el odio, el anticatalanismo cierto y probado que hay en la mayoría de españoles, de tendencia nazi y de legionario sin cerebro, lo ha echado todo a perder.
Sí señor Rajoy. Hubiera usted tenido que hablar y olvidar el gastado argumento de su triste España unida. Porque unida a la fuerza, no es unida de verdad. Seguramente habría encontrado ante sí, una persona capaz de dar la vuelta unos grados a su determinación, si ésta a su vez encontrara otra persona que le escuchaba.
Ese señor, es Puigdemont. Recuerde que pertenece a un partido de derechas en Catalunya, que en su España antes hubiera podido decir que era un partido de izquierdas, pero que ahora no tiene su homólogo ni en el más izquierdista. Y aunque en estos momentos está enarbolando la bandera de la independencia, podría poner la mano en el fuego y decir que se hubiera planteado otra solución, si usted, una sola vez, le hubiera escuchado.
Quizá esto, quizá lo otro. Ahora podemos echarnos la culpa entre todos. Ustedes que sólo ven la paja en el ojo ajeno pueden ir diciendo por ahí, como han hecho siempre, que somos golpistas y la causa del descenso económico. Pero eso en Catalunya ya no cuela para los no adoctrinados. Porque los adoctrinados son los que no saben dar explicaciones, datos, hechos. Son los que dicen “la ley es la ley” sin saber por qué!
Esos son los adoctrinados, los sin-argumentos. Los no adoctrinados, los que pensamos por nosogtros mismos, tenemos muy claro quien está hundiendo España y no queremos naugrafar con ustedes.
A las buenas, podríamos incluso pagar un precio, el precio de la deuda, que aún y así ha creado su partido. Pero a las malas, no habrá nada. Y ese es el camino que su cerrazón le está llevando a tomar. Sólo usted y su partido tendrán la culpa.
Ha intentado y seguirá intentando todas las trampas posibles, pone mordaza a la prensa, la radio y la televisión, interviene cuentas, escuelas, encierra en prisión civiles pacíficos, intentará colar a sus gentes para provocar tensiones, intentará hacerles pasar por nosotros, pero señor Rajoy, nos hemos mostrado al mundo. Y el mundo empieza a saber cómo somos de verdad los catalanes.
Nada de lo que van diciendo por ahí es cierto. No ven catalanes cerrados que pretenden echar a sus gentes, ni violentos, ni golpistas, ni adoctrinados. Ven catalanes libres, que defienden su derecho como nación desde el pueblo, no desde los líderes, aunque estos se juegan su libertad por defenderlos.
Que no han sido escuchados por su propio gobierno y que aún Europa nos ha fallado, porque tenían una idea falsa de una España democrática. Una imagen democrática, regalada sin querer, por la actitud belicosa del terrorismo vasco. Pero cada vez hay más gente que no cree al gobierno español.
Y les guste o no, esa España que construyeron a la fuerza, era una España de naciones y no la han sabido gestionar. Así que, esas naciones se despiertan y se despertarán siempre que no se las respete. Vascos, gallegos, andaluces, van a ir sumándose a esta rebelión, porque no queremos estar ya sometidos a la ley del más fuerte. Siempre dormirán con miedo.
Y Europa se transformará. Flamencos, corsos, escoceses,…conseguirán lo que nunca se debió arrebatar, la identidad que nos es propia será devuelta y si las relaciones se mantienen serenas, se podrá acceder a cuantas coaliciones se crean necesarias para convivir. Pero tengan por cierto que la República Catalana, será la primera de esas identidades en ser recuperada. Y muy pronto.
Si hubiera podido escoger, posiblemente habría aceptado un país republicano y federal bajo la bandera española, porque reconociendo mi identidad y respetando mi cultura, me habría sentido protegida. Han tenido muchos años para entender eso y cumplirlo.
Sea como fuere, estamos ante una bifurcación tajante, que sólo me permite escoger la democracia o volver a la dictadura. Para mí, la elección es simple. A otros todavía les encandila el espejismo de una justicia que no llegará nunca. Es cuestión de tiempo ir añadiendo desencantados a nuestras filas. Porque las izquierdas se llenan de decepcionados, cuando por fin ven que la derecha es un cacique egoísta que sólo busca la sumisión.
